La Bestia del Bosque Azul
Hay una comunidad escondida en lo profundo del bosque
azul, se le conoce como Dorado porque en primavera todos sus árboles florecen
de amarillo. Su único valor para el reino, es ese momento que llena de
entusiasmo a miles de turistas por ver el lugar. El resto del año el Dorado es
una aldea simple, donde no se trabaja, sus habitantes son artistas o
coleccionistas de plantas.
Les cuento lo tranquila que resulta ser la aldea, porque
aunque parezca anormal es lo más normal. Y todo quedó destruido en cuestión de
dos segundos. Anabell una muchacha que amaba contemplar la naturaleza presenció
la devastación desde la cima de un árbol. Se quedó sola, en la más siniestra
oscuridad de la noche, rodeada de escombros y naturaleza muerta. Anabell como
todos los habitantes del Dorado jamás salían del bosque azul, por eso no les parezca
extraño que para ella todo fuera nuevo. Cada detalle de su recorrido era como
empezar de cero, un bebé que se mueve lentamente experimentando cada sensación,
luchando por adaptarse y necesitando la protección de un adulto, una que no poseería.
La misión que la misma Anabell se encomendó fue lograr
llegar al reino para comunicar la situación, pues por lo que había podido
observar era una enfermedad que asolaba la tierra y poco a poco se expandía por
todo el bosque. En cuestión de semanas el Dorado quedaría enterrado junto con
la mayoría del bosque y todos sus habitantes y luego si tenían suerte en unos
meses llegaría a la puerta del castillo y todo sería destruido. Lo que Anabell
no sabía es que debajo del Dorado dormía una bestia que se había despertado por
los terribles ruidos que se intensificaban cada año en las festividades de
primavera.
Anabell siguió su rumbo, sin sentido y sin razón, como
hoja que se la lleva el viento. Encontró nuevas especies de plantas de porte más
bajo y con necesidad de sombra, también trepadoras y devoradoras de insectos,
todo lo que veía la apasionaba. Pero a la vez sufrió grandes heridas, picaduras
de insectos venenosos, serpientes, alucinaciones provocadas por hongos y
plantas alucinógenas. En esos desvelos conoció enanos que le mostraron el
camino y también ogros horribles de los que tuvo que huir, no me
malinterpretes, Anabell era una mujer muy fuerte pero también muy inteligente.
A veces es mejor huir de los enemigos que enfrentarlos, es la mejor estrategia
para salir vencedor.
Cuando llegó al castillo era una mujer totalmente
diferente, cada cicatriz estaba llena de belleza, cada musculo reflejaba
experiencia, cada uno de sus ojos inspiraba inteligencia. Bien hubiera podido
morir en el bosque sin pensar en todos los seres maravillosos que alguna vez
había conocido en las fiestas. O podría haber sucumbido a la tentación de una
vida en total libertad, en la ignorancia de unos días para luego desaparecer
como todo lo demás, pero Anabell fue muy valiente. En el castillo la recibieron
con honores y tomaron su noticia como extrema emergencia. Todas las labores se
paralizaron y cada hombre se puso a disposición, para marchar y hacer frente a
la amenaza. Aunque no supieran de qué se trataba, pues Anabell no se expresaba
muy bien y le dijo al Rey que ella sería la guía, estratega y dirigente de toda
la operación.
El Rey nombró a Anabell comandante de las fuerzas armadas,
le prometió ser una princesa real y todo el bosque azul para ella, si lograba detener
la amenaza. Para Anabell que había conocido la belleza que se escondía en el
bosque, esa última recompensa era lo único que le interesaba. Por lo que dirigió
a las tropas armadas en medio de lo que para ella era sagrado y sorprendente.
Antes de llegar al Dorado, Anabell observaba un pequeño montículo de donde
salía humo. Se puso a investigar y descubrió al dragón en una cueva
subterránea. A simple vista se notaba que la bestia tenía sueño pero se encontraba
fastidiado. Se reunió con el ejército, ordenó que todos hicieran silencio y
cantaran al mismo tiempo una canción de cuna.
A la mayoría de los hombres eso le pareció la cosa más
absurda, pero aun así lo hicieron, confiaban en la mujer que conocía la
sabiduría de la naturaleza. Sin siquiera sospechar lo que hacían se dieron
cuenta que la tierra se calmo. Anabell miro otra vez por la cueva y vio que el dragón
dormía. Salió y ordeno a todos regresar en silencio absoluto. Cuando regresaron
al castillo le dijo al Rey que la tierra necesitaba soledad y silencio por lo
que ya nadie podía regresar al Dorado. El rey se relajo y comenzó a pensar en
la nueva estrategia para salvar al pueblo de la banca rota mientras nombraba a
Anabell líder supremo y guardiana del bosque.
Anabell volvió al bosque, sola pero feliz. Seguiría
descubriendo las maravillas de la naturaleza, aprendiendo de cada planta nueva
para sus ojos. Pero también vigilando al dragón, como un sacrificio que haría
por la gente que murió en el Dorado, personas maravillosas a las que jamás
podría contarle esta historia.
Marialy