jueves, 1 de marzo de 2018

Reto 52 Relatos: N° 6. Apagón eléctrico en Venezuela

En mi país es normal encontrar noticias raras y que yo sea la protagonista pues de lo más tradicional, no pasa nada, les relato un día de mi vida. Así que este relato está basado en la vida real. Pero para seguir las normas del reto les dejo aquí y aquí la noticia, si quieren una noticia más loca lean esta. Aunque la verdad no busque muy a fondo, si ustedes están interesados pueden investigar más, yo me conforme con eso, por ahora.

Apagón eléctrico en Venezuela


Es horrible aguantar las ganas de orinar, más para una mujer. Se robaron el contador del agua que justo distribuye el valioso líquido en las instalaciones del instituto donde trabajo y los baños están asquerosamente sucios. Mire mi reloj, ya era medio día, mi hora de salida es a las dos de la tarde, el horario normal es hasta las cuatro, pero como no vivimos una vida normal y el transporte es malísimo nos vamos antes.

-Disculpe jefe, me voy temprano hoy, no hay agua y necesito saciar mis necesidades. Mi jefe es un amor, trata de resolver todo aunque no sea de su correspondencia. Me miró con curiosidad y me dijo tranquila, nos vemos mañana, llega temprano porque vamos a otro municipio.

De esa manera pude llegar a las dos a mi casa, comer y tomar una siesta. Sí, porque a pesar de la hiperinflación que vivimos somos las personas que más nos reímos, contamos chistes, compartimos tertulias con la familia y tomamos siestas.

Cuando mamá llega a la casa me dice – Hoy un muchacho en el supermercado estaba comprando muchas velas, tenía un bolso completo. Revise cuánto costaban, 15 mil Bs cada una, pero la cola era como para durar dos horas (no por las velas claro). Pero me pareció muy raro. A eso de las 4:40 pm se fue la luz.

Es normal que se vaya la luz, estos últimos días presentamos cortes de dos a tres horas, una o varias veces al día. Pero eran las 7 y nada que llegaba. Es muy tranquilizante asomarse por la ventana y ver toda la ciudad, esta vez sin luz, pero como siempre hay que ver lo positivo, me di cuenta que las estrellas brillaban más.

-¡Hija creo que estamos viviendo el apocalipsis! decía mi mamá mientras prendíamos una vela. Nos reíamos cuando recordábamos como vivía la gente antes de tener luz eléctrica e internet. También pensábamos en la posibilidad de no tenerla más y como esto afectaría a todo el sistema.

- Mamá, pero yo vi esto en una serie de televisión, tal vez estén haciendo una serie con todo el país ¡seremos famosos! Imagínate no tenemos nada de verduras en la dispensa, si eso sucediera ¿cómo compraríamos? dinero en efectivo no tenemos, los bancos están cerrados porque no hay luz y las tarjetas no pasan. Estaríamos viviendo en un caos total. Este tipo de situaciones nos hacen reflexionar y preguntarnos ¿Estamos preparados para una caída total del sistema? Creo que no, todos nos hemos vuelto totalmente dependientes.

Nos fuimos a dormir, como la mitad del país hizo, estilo horario las gallinas. Cuando me levante todo se sintió muy extraño y estoy segura los demás sintieron este amanecer muy diferente. El silencio era precioso, la mayoría se levantó tarde aún teniendo que cumplir horario. Los que cocinan con electricidad tendrían que comer crudo o cosas muy simples para desayunar. Los celulares se descargaron, no había como comunicarse, ni whatsapp, ni internet, ni megas.

Yo me levante muy desanimada, no porque todavía estuviéramos sin luz, sino porque no podía dormir más. Logre llegar al trabajo, temprano para sorpresa de todos. En el camino observe muy pocas personas trasladándose, el flujo de autos era menor que un día normal y obviamente tenemos problemas con el vertedero de basura, por lo que la recogen cuando se les antoja. Caminar en medio de una zona céntrica de la ciudad con las calles contaminadas es algo que me da tristeza y lo peor es que es todos los días. Nunca nos enseñaron realmente el poder del reciclaje, y ahora que tienen todas las oportunidades del mundo para implementarlo y obligar a las personas, no lo hacen, existe una apatía para todo, incluso para las causas más justas.

Pero me anime al llegar al trabajo, mis compañeros relataban las posibles hipótesis de porque seguíamos sin luz.
-El ingeniero decía: Fue una iguana súper poderosa que rompió el cable, traída del imperio.
-Yo les decía que un portal se había abierto trasladando a un dinosaurio de la prehistoria, es algo muy normal. El dinosaurio se comió el cable y luego desapareció por el mismo portal.
- Algunos gritaban: ¡Pero tenemos patria!
- La abogada muy inocente todavía preguntaba: ¿Dónde podré desayunar que pasen la tarjeta de débito?


La alegría se mezcló con la tristeza y aunque sin luz, en algunos sectores sin agua y sin saber el porqué ni cuando regresaba, nos subimos en la camioneta y recorrimos las vías durante una hora y media para llegar hasta un pueblo. Teníamos que dar un taller, no sabíamos si podríamos proyectar y no podíamos comunicarnos con el responsable de la zona, para saber como se encontraba el lugar y si las personas habían asistido. Pero igual nos arriesgamos, con ánimo de pasear, emprender y capacitar a más productores para que se arriesguen a sembrar con consciencia, porque ellos y la acción de cultivar es el futuro de la nación.

Marialy