Las
excusas son altos, paradas, una señalización de ¡detente! que nos ponemos ante
situaciones que nos dan miedo enfrentar. Hace unos días fui a un seminario
donde la oradora nos expresaba su experiencia en la vida y como ella, cuando
comenzó a volverse empresaria y a surgir en su negocio tenia muchas excusas.
Las excusas de no tengo tiempo, cuando todos sabemos que eso depende de nuestros hábitos, siempre hay tiempo solo que ese tiempo lo consumimos viendo televisión, chismeando, criticando, revisando el facebook y no se lo dedicamos a cosas mucho mas importantes, como leer un libro, hacer ejercicios, trabajar en nuestro plan para cumplir las metas, escribir (si tenemos un blog) y pensar la finalidad de porque escribimos y cual es nuestro objetivo al expresar información a los demás.
Las excusas de no tengo tiempo, cuando todos sabemos que eso depende de nuestros hábitos, siempre hay tiempo solo que ese tiempo lo consumimos viendo televisión, chismeando, criticando, revisando el facebook y no se lo dedicamos a cosas mucho mas importantes, como leer un libro, hacer ejercicios, trabajar en nuestro plan para cumplir las metas, escribir (si tenemos un blog) y pensar la finalidad de porque escribimos y cual es nuestro objetivo al expresar información a los demás.
También
introdujo la excusa de la capacidad. Es verdad que cuando salimos de la
universidad no tenemos experiencia pero estamos capacitados para enfrentar
situaciones, salir adelante y mientras eso ocurre aprendemos. Por eso tenemos
que creer en nosotros mismos y eso solo llega cuando tenemos identidad, cuando
sabemos quienes somos. No es que cerremos los ojos, nos internalicemos y nos
preguntemos ¿quien soy? para responder nuestro nombre, (eso no tiene sentido) porque
nosotros no somos un nombre, somos más, es de verdad sentir nuestro propósito
en esta vida, en que tenemos que trabajar para ser mejores personas. Cada día
tenemos que ser una mejor versión de nosotros mismos.
Otra
de las excusas que planteaba era la del azar, en donde siempre decimos: -“eso
le sucede a él porque es el destino, tuvo un toque de suerte”- y ella nos decía
¡eso es mentira! - “si tú quieres algo tienes que trabajar para obtenerlo”. (Obviemos
los billetes de lotería y los juegos de casino que todos somos conscientes que
antes de ganar se a perdido el doble). Aquí hay muchas cosas a las que sacarle
jugo pero será en otra ocasión.
El
salir de la zona de confort, la energía positiva, nuestra actitud y los
pensamientos son extremadamente importantes a la hora de deshacernos de las
excusas, porque todo esta en un pensamiento y estos a su vez se traducen en
palabras y también en nuestro enfoque y en como actuamos ¿en que realmente esta
enfocado nuestro pensamiento? En la crisis, en la depresión, me dejo mi novio,
en culpar al gobierno porque todo lo hace mal o en decir que los padres no
están de acuerdo y etc. Pero entonces ¿como quieres que tus metas se hagan
realidad si en ningún momento piensas en ellas? Si solo un momento en el año visualizas
lo que quieres como un sueño, siempre será solo un sueño.
Sigo
diciendo, tenemos que creer en nosotros mismos aunque los demás no lo hagan,
darnos la oportunidad y dejar la depresión, salir de ese sueño profundo. Para
ello debemos poner a nuestra disposición las mejores herramientas como por
ejemplo los libros. Pero no libros de young adult (no porque no se pueda
aprender de ellos) sino de aprendizajes concretos sobre un tema que sea del
momento y nos enfoque hacia nuestras metas, que nos ajusten, no al contrario.
El
libro de la vaca de Camilo Cruz presenta una buena alternativa para aprender más
sobre las excusas por si quieren empaparse más en el tema. Lo mejor es que este
nos muestra como salir de ellas, porque todos podemos tener excusas y miedos, pero
esta en nosotros que cada día tengamos el suficiente carácter y determinación
para enfrentarnos a ellas y a cualquier reto que se nos presente.
Como
conclusión les invito a leer la vaca de Camilo Cruz. No importa la edad ni el
sexo enfrentemos los problemas, cero excusas y con una sonrisa en la cara,
demostrando que nada nos vence. Somos nosotros que con nuestra actitud y fuerza
de espíritu irradiamos alegría sin importar los problemas externos.
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