En mi país es normal encontrar noticias raras y que yo sea la protagonista
pues de lo más tradicional, no pasa nada, les relato un día de mi vida. Así que
este relato está basado en la vida real. Pero para seguir las normas del reto
les dejo aquí y aquí la noticia, si quieren una noticia más loca lean esta.
Aunque la verdad no busque muy a fondo, si ustedes están interesados pueden
investigar más, yo me conforme con eso, por ahora.
Apagón eléctrico en Venezuela
Es horrible aguantar las ganas de orinar, más para una mujer. Se
robaron el contador del agua que justo distribuye el valioso líquido en las
instalaciones del instituto donde trabajo y los baños están asquerosamente
sucios. Mire mi reloj, ya era medio día, mi hora de salida es a las dos de la
tarde, el horario normal es hasta las cuatro, pero como no vivimos una vida
normal y el transporte es malísimo nos vamos antes.
-Disculpe jefe, me voy temprano hoy, no hay agua y necesito
saciar mis necesidades. Mi jefe es un amor, trata de resolver todo aunque no
sea de su correspondencia. Me miró con curiosidad y me dijo tranquila, nos vemos
mañana, llega temprano porque vamos a otro municipio.
De esa manera pude llegar a las dos a mi casa, comer y tomar una
siesta. Sí, porque a pesar de la hiperinflación que vivimos somos las personas
que más nos reímos, contamos chistes, compartimos tertulias con la familia y
tomamos siestas.
Cuando mamá llega a la casa me dice – Hoy un muchacho en el
supermercado estaba comprando muchas velas, tenía un bolso completo. Revise cuánto
costaban, 15 mil Bs cada una, pero la cola era como para durar dos horas (no
por las velas claro). Pero me pareció muy raro. A eso de las 4:40 pm se fue la
luz.
Es normal que se vaya la luz, estos últimos días presentamos cortes
de dos a tres horas, una o varias veces al día. Pero eran las 7 y nada que
llegaba. Es muy tranquilizante asomarse por la ventana y ver toda la ciudad,
esta vez sin luz, pero como siempre hay que ver lo positivo, me di cuenta que
las estrellas brillaban más.
-¡Hija creo que estamos viviendo el apocalipsis! decía mi mamá
mientras prendíamos una vela. Nos reíamos cuando recordábamos como vivía la
gente antes de tener luz eléctrica e internet. También pensábamos en la
posibilidad de no tenerla más y como esto afectaría a todo el sistema.
- Mamá, pero yo vi esto en una serie de televisión, tal vez estén
haciendo una serie con todo el país ¡seremos famosos! Imagínate no tenemos nada
de verduras en la dispensa, si eso sucediera ¿cómo compraríamos? dinero en efectivo
no tenemos, los bancos están cerrados porque no hay luz y las tarjetas no
pasan. Estaríamos viviendo en un caos total. Este tipo de situaciones nos hacen
reflexionar y preguntarnos ¿Estamos preparados para una caída total del
sistema? Creo que no, todos nos hemos vuelto totalmente dependientes.
Nos fuimos a dormir, como la mitad del país hizo, estilo horario
las gallinas. Cuando me levante todo se sintió muy extraño y estoy segura los demás
sintieron este amanecer muy diferente. El silencio era precioso, la mayoría se
levantó tarde aún teniendo que cumplir horario. Los que cocinan con
electricidad tendrían que comer crudo o cosas muy simples para desayunar. Los
celulares se descargaron, no había como comunicarse, ni whatsapp, ni internet,
ni megas.
Yo me levante muy desanimada, no porque todavía estuviéramos sin
luz, sino porque no podía dormir más. Logre llegar al trabajo, temprano para
sorpresa de todos. En el camino observe muy pocas personas trasladándose, el
flujo de autos era menor que un día normal y obviamente tenemos problemas con
el vertedero de basura, por lo que la recogen cuando se les antoja. Caminar en
medio de una zona céntrica de la ciudad con las calles contaminadas es algo que
me da tristeza y lo peor es que es todos los días. Nunca nos enseñaron
realmente el poder del reciclaje, y ahora que tienen todas las oportunidades
del mundo para implementarlo y obligar a las personas, no lo hacen, existe una apatía
para todo, incluso para las causas más justas.
Pero me anime al llegar al trabajo, mis compañeros relataban las
posibles hipótesis de porque seguíamos sin luz.
-El ingeniero decía: Fue una iguana súper poderosa que rompió el
cable, traída del imperio.
-Yo les decía que un portal se había abierto trasladando a un
dinosaurio de la prehistoria, es algo muy normal. El dinosaurio se comió el
cable y luego desapareció por el mismo portal.
- Algunos gritaban: ¡Pero tenemos patria!
- La abogada muy inocente todavía preguntaba: ¿Dónde podré
desayunar que pasen la tarjeta de débito?
La alegría se mezcló con la tristeza y aunque sin luz, en
algunos sectores sin agua y sin saber el porqué ni cuando regresaba, nos
subimos en la camioneta y recorrimos las vías durante una hora y media para
llegar hasta un pueblo. Teníamos que dar un taller, no sabíamos si podríamos proyectar
y no podíamos comunicarnos con el responsable de la zona, para saber como se
encontraba el lugar y si las personas habían asistido. Pero igual nos
arriesgamos, con ánimo de pasear, emprender y capacitar a más productores para
que se arriesguen a sembrar con consciencia, porque ellos y la acción de
cultivar es el futuro de la nación.
Marialy