domingo, 21 de enero de 2018

Reto 52 Relatos: La noche mas absurda

Semana 2: reto 52 relatos: Se que voy un poco retrasada pero ya esta semana me pongo al día.
 Tema: ¿Recuerdas tu peor noche? Cuéntala desde el final hasta el principio.

Esta si que me pareció fácil y no porque recuerde noches horribles, sino porque de repente aquella fiesta apareció en el CD de mi memoria y se deslizo suavemente por las palabras, comenzando desde el final hasta el principio. Espero que les guste. 

La Noche mas Absurda


Mis nervios ya no daban para más, la discusión había terminado pero mis lágrimas rodaban como si hasta ahora hubiera comenzado. La discusión fue terrible, sobre por que había llamado a mi tía, la situación solo le concernía a la familia. Mi hermana me defendía, sabia que necesitábamos apoyo y un intensivo para poder marcharnos.

Cuando hablamos con mi tía le contamos sobre lo horrible de asistir a esa fiesta. Lo humillante que fue para dos adolescentes. Como querían obligarnos a bailar y el aire energético inspiraba a libertinaje, sexo y alcohol. No éramos precisamente unas santas, pero la relación con ese mundo no era la nuestra. Mi tía nos dio el visto bueno por habernos salido, aunque ya la fiesta estaba por terminarse, ya lo ocurrido había sucedido.

Mi hermana y yo nos salimos de la horripilante fiesta con ganas de hacer una escena. Las dos nos entendíamos y sabíamos lo frustrante que era esto, incluso mientras nos desahogábamos llorábamos. Por mas que insistíamos para irnos a casa, no se nos prestaba atención, entonces recurrimos a el arma secreta, llamar a nuestra tía. Ella pondría orden en el asunto, o por lo menos nos daría apoyo. Todo esto ocurría mientras nos recostábamos en el auto que era sinónimo de una batalla ganada, si se ponía en movimiento.

Un viejo verde bailo conmigo, fue la cosa mas aburrida, y frustrante de mi vida. Para ese tiempo no me había dado cuenta que la mayoría de los hombres se comportaban así cuando bebían. ¡Claro! siempre a las muchachas adolescentes las ven como el lobo cuando quería comerse a caperucita. Lo peor de todo es que aquel hombre ya no recordado, no fue el que me saco a bailar, fueron mis padres los que nos emparejaron. Según ellos para que nos pusiéramos en ánimo, mientras hablaban tranquilamente con sus queridos amigos, que hoy en día ya ni la cara se dan.

Pero antes del baile fueron horas interminables en una fiesta con música aburrida, licor y conversaciones absurdas. Era obvio que esas personas en primer lugar no tenían creatividad para gastar su dinero y segundo tampoco sabían como se hacia una. Aunque pensándolo bien creo que lo único que en ese momento pareció despejar las nubes fueron los pasapalos. Mi hermana y yo no conocíamos a nadie, eso la hacia mas tétrica, además todos eran mayores. La única muchacha de nuestra edad, la hija de los galardonados, no era nuestra amiga. Hace mucho tiempo cuando éramos niñas habíamos ido a un chale, comido aguacate con atún (todavía el recuerdo me dan ganas de vomitar) y subido a una montaña que fue maravilloso. Pero el tiempo corre y las personas cambian.

Si, ver a esa muchacha caminar de un lado a otro, creer que era la última coca cola del desierto porque la dejaban tomar ron fue un espectáculo horrible. Ella conocía a todos y era la reina del lugar, es bullying para contemplar. Lo peor de todo, querían que conversáramos como amigas de toda una vida, ósea eso es como decirle a una mosca que no se pose en la basura. Bueno esta bien, esa comparación no combina mucho, pero es la misma ironía lo que quiero transmitir.

Duramos horas pensando y transmitiendo cada locura con miradas a mi hermana. No entendíamos porque habíamos aceptado venir y en que lio nos habíamos metidos. Horas que pudiéramos haber invertido en muchas cosas, más productivas, como ver una película y acostarnos a dormir. Es de lo mas incomodo llegar a un lugar donde todos quieren conocerte y te sonríen hipócritamente, mientras hablan de ti y tu solo puedes volver a sonreír  hipócritamente como respuesta.

Cuando llegamos a reunirnos con los amigos de papá, resulto que no era una reunión para conversar sobre nada, sino para cantar el cumpleaños de no se quien señor. Mis ojos quedaron en blanco pero aun así, a pesar de que tenía un mal presentimiento, pensé que se cumpliría la promesa de regresar pronto. Recuerda no creer eso, nunca, si encuentras licor de por medio ese será tu peor enemigo.

Mi hermana y yo recibimos la petición de ir a visitar a unos amigos de mis padres, solo por un rato, solo para saludar. Y aunque estábamos cansadas había sido un día arduo de estudio, clases de danza y correr de un lugar a otro para que todo funcionara. Aceptamos solo por cortesía, solo porque íbamos a saludar y solo por hacer felices a nuestros padres. Cambiarnos de por si fue una tarea agotadora y arreglarse no fue nuestro mayor elogio.

Por fin habíamos terminado las clases, los ensayos de danza y regresábamos a casa, el dulce olor del hogar, la comodidad, una buena comida y el descanso pronunciado hasta largas horas de la mañana era lo único que nos importaba. Planificaríamos la noche mas tranquila, armónica y relajante de nuestras vidas. Porque todavía no sabíamos que nos esperaba una noche absurda.

Marialy

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