Caricias, una obra de arte de Marialy

Convertir una caricia en una obra de arte, es tan sutil, la delicada muestra de afecto que recorre las venas como sangre caliente y hace que el corazón palpite fuerte pero con deseo. A eso no se le puede llamar pecado, unos dicen que es amor, pero no todo el amor esta sujeto a ser expresado a través de las caricias, si es parte de él porque todo aquel que mira con los ojos cerrados lo que recorre el sentido del tacto, por la piel puede más que sentir, sumergirse en un mundo fuera de la realidad, como si se consumiera, tan claro como una vela cuando su llama es fuerte y poco a poco derrite la espelma.

Pero algunos la hacen oscura, una caricia llena solo de brea del simple paso del tiempo que cuando dejan terminar la vela dejan todo regado sin sentido ni significado. Como si la hubieran encendido solamente para brillar por un momento mientras vuelven a sumergirse en la oscuridad, cuando ese no es el verdadero significado de encender esa llama de pasión que hace que se tensen todos tus músculos y luego se liberen tan llenos como si hubieras abierto la llave del agua para completar una jarra.

La luz entonces se enciende para llenar, para poder dormir tan profundo y libre mientras sientes el cosquilleo de la saciedad y el complemento de aquello que por días solicitaba tu atención y aun así sigue siendo mucho mas que eso, es la sonrisa que llevaras permanente durante el paseo que recorren tus ventanas. Ves todo lo que tiene vida porque fue como si jugaras a crear vida, y aunque hay una línea muy delicada cuando digo jugar a crear vida, es el simple hecho de dejar volar tu imaginación bajo los pensamientos y estos pueden ser brillantes como la misma luz que penetran tus sentidos o puede ser oscura como la brea que siente solo el derrite para luego volverse fría, tiesa y sin ningún sentido de existencia.

Marialy